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De como Raul Castro celebro el golpe de estado de Batista


Narra  Frank Díaz Balart  que en marzo de 1952  él  y su hermano  Waldo estaban alquilados  o rentados en una casa de huéspedes de La Habana en la que en el cuarto contiguo al baño que separaba a ambos cuartos,  estaba rentado Raúl Castro Ruz y otra persona cuyo nombre no recuerda. 

Ya Fidel Castro se había casado con Mirtha Díaz Balart y nacido Fidelito. Frank  recuerda que en horas de  la madrugada del 10 de marzo  llegó su hermano Rafael Díaz Balar, líder de las juventudes del partido político de Fulgencio Batista, y le pidió a él que lo acompañara al Campamento Militar de  Columbia a respaldar el golpe; golpe que también a Rafael le había sorprendido.  

Van al campamento Militar de Columbia  y respaldan el golpe y al regreso  para reunirse con su hermano Waldo,  se dirigen a un local del partido político de Batista y se encuentran a Waldo  y a Raúl Castro festejando dicho golpe  junto a  otras muchas personas  dando vivas al golpe militar dado por Fulgencio Batista.

Recordemos que  Raúl Castro pertenecía a la juventud del Partido Socialista Popular o PSP  y que Batista en su gobierno Constitucional de 1944 había nombrado a Carlos Rafael Rodríguez y a Juan Marinello  ministros sin carteras y había situado en otros puestos gubernamentales importantes a connotados comunistas producto de la abigarrada coalición de partidos  que lo había llevado a la Presidencia. El actual teatro de la CTC fue un regalo de Batista a la organización lidereada por el comunista Lázaro Peña.

Todos sabemos que el movimiento obrero cubano de manera mayoritaria se cruzó de brazos ante dicho golpe y también con posterioridad en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista, pero veamos como reaccionaron otras fuerzas sociales:

En el artículo Cuba: El golpe de estado del 10 de marzo de 1952, Pedro Simeón escribe:

¨ La Universidad se convirtió en tribuna y centro de fermento insurreccional. Las asociaciones de banqueros, colonos, hacendados y otras entidades económicas o sociales ofrecieron respaldo al gobierno de facto. Los dirigentes políticos, unos se hicieron cómplices del asalto, algunos esperaron semanas para comprometerse, y muchos otros hicieron el papel de leales oposicionistas, prestándose a farsas electorales. Los partidos políticos no tuvieron ni la menor capacidad para erguirse con dignidad. Algunos activistas se pusieron bajo la protección de personeros del gobierno de facto y por suerte para su personal destino, estuvieron a punto de ingresar en un Consejo Consultivo creado por nombramiento. La presión de amigos lo impidió, lo que les permitió participar en la lucha insurreccional que se avecinaba de forma protagónica.

El partido comunista envió una comisión al campamento militar de Columbia para entrevistarse con el Gral. Batista, integrada entre otros por Blas Roca, Salvador García Agüero y Lázaro Peña al objeto de ofrecer la colaboración del Partido al gobierno golpista. La gestión fue de inmediato neutralizada por el Embajador Norteamericano que le comunicó al general que todo acuerdo tendría por consecuencia el no reconocimiento de su gobierno por Estados Unidos. 

No obstante el nuevo régimen, estableció un concordato de tolerancia. Los sindicatos en su gran mayoría se plegaron en pocas horas al nuevo gobierno. La Iglesia en la voz del Cardenal Arteaga felicito a Batista por el exitoso asalto.

Los grandes partidos auténticos y ortodoxos se fraccionaron dedicando sus energías mayores a la lucha por el liderazgo, más que al enfrentamiento a la dictadura que surgía. ¨

El error mayor de Fulgencio Batista no fue el golpe del 10 de marzo de 1952, sino postularse en las elecciones de finales de 1954. Otras personas plantean que el mayor error de Batista fue no ordenar que mataran a  Fidel Castro después del asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.

A continuación algo interesante que es poco conocido: los estatutos constitucionales que impuso Batista inmediatamente después del golpe del 10 de marzo de 1953 fueron llevados al Tribunal de Garantías Constitucionales  y dicho tribunal emitió un fallo donde desestimó  la demanda . El tribunal por mayoría entendió de que esos estatutos no iban en contra de la Constitución de 1940. En el artículo del Dr. Alberto Luzárraga ( sobresaliente  abogado y banquero cubano) titulado  EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y SU ORGANIZACION: UNAPROPUESTA DE REFORMA, se lee:

¨...Aunque sin duda hubo buenas sentencias, aparentemente el tema constitucional no cobró suficiente importancia en la conciencia popular ni en el Tribunal en sí. Este efecto se palpó a raíz del 10 de Marzo cuando por una votación de 10 contra 5 el Tribunal de Garantías (por sentencia #127 de 17 de Agosto de 1953) desestimó el recurso interpuesto por 25 ciudadanos contra los Estatutos Constitucionales promulgados por Batista...¨

Los miembros de ese  tribunal no estaban supeditados a Batista ni habían sido nombrados por Batista para ejercer esa responsabilidad. Sería interesante conocer los argumentos de los que votaron a favor de desestimar el recurso y los argumentos de los que votaron en contra. 

Tampoco se conoce que Batista haya tomado represalias contra los 5 magistrados que votaron en contra de sus Estatutos.

En enero de 1959 el incipiente Castrismo impuso sus estatutos, los cuales sí iban en contra de la Constitución de 1940. Esos estatutos no fueron llevados a ningún tribunal para dirimir sobre  el carácter constitucional o no de esos estatutos,  pues  esos estatutos, entre muchas cosas,  echaron  abajo a prácticamente  todo el Poder Judicial  y su independencia. Uno de los fundamentos sobre los cuales se hizo  la Revolución, y que enarboló Fidel Castro,  fue  la restitución de la Constitución de 1940. El Castrismo nunca restituyó esa Constitución, traicionando así a los que murieron y lucharon por ella..

Es conocido, hasta por personas medianamente informadas, o desinformadas, por la parte de la ¨Historia ¨ Castrista no panfletaria, el poco rechazo que en la población cubana tuvo el Golpe de Estado del 10 de Marzo de 1952, golpe llevado a cabo por el Senador Rubén Fulgencio Batista y Zaldivar. Ese golpe de estado fue producto de unas de las tres conspiraciones que se le puso en las manos a Batista al llegar al país, después que por la política cordial del Presidente Carlos Prío Socarrás, se le invitó a entrar al país, ya que Batista había sido el Senador que más votos alcanzó en las elecciones pese a estar en su autoexilio en Daytona Beach, EE.UU., y no haber podido hacer personalmente una campaña electoral¨ in situs ¨. Batista se había postulado por Santa Clara y su elección fue en absentia.

Pero volvamos al muy débil rechazo al golpe de Estado de Batista del 10 de marzo de 1952. La propaganda del Partido Ortodoxo exageraba las máculas de la gestión gubernamental de los dos períodos de gobierno del Partido Auténtico, entre las que se encontraban la corrupción y el pandillismo. En particular esa propaganda exageraba las faltas y errores de los dos últimos años del gobierno del Dr. Carlos Prio Socarrás; los dos últimos años de Prío con su política de ¨los nuevos rumbos ¨ fueron mucho mejor que sus dos primeros años. Por otra parte, los ortodoxos habían perdido ostenciblemente fuerzas con la muerte de su líder Eduardo Chibás ya que el Dr. Agramonte le sucedió, pero no lo sustituyó. 

La famosa encuesta de Bohemia sobre los posibles resultados que tendrían los diferentes candidatos a la Presidencia de la República en las elecciones de junio de 1952 es sólo eso: una encuesta, de la cual no sabemos nada de cómo se seleccionó la muestra encuestada de la población y si efectivamente era una muestra representativa de la población electoral cubana de ese momento, para ya no hablar que fuera una burda manipulación de esa revista, como algunas que se han comprobado, y a las que hace ¨supuestamente ¨ alusión Miguel Ángel Quevedo en su carta de despedida antes de suicidarse.

La noticia, cierta o no, de los planes de Eufemio Fernández de atentar con morteros contra Batista y su familia en Kuquine y otras noticias y rumores similares, ficticios o reales, sembraron en el pueblo, dado el culto al caudillismo que siempre hemos tenido como pueblo, la necesidad de un ¨hombre fuerte ¨que disciplinara o ¨metiera en cintura ¨ al país.

 Ese hombre para muchos era Batista, que lo había demostrado ser en la década de los años 30s , cuando la Revolución del 33 nos había dejado un país con una abundante presencia de terroristas y pistoleros políticos. Para más elementos a su favor, Batista había estado de acuerdo en llamar a una Constituyente y después de haber sido elegido Presidente y ejercido como tal durante 4 años sin grandes escándalos o críticas a su gestión de gobierno, había dejado el poder sin objección alguna, a la Oposición.

 El pueblo cubano en general no festejó ni bailó por el Golpe del 10 de Marzo de 1952, pero tampoco se opuso ni creyó que había que llorar por haberse llevado a cabo ese golpe de estado anticonstitucional que abriría a mediano plazo las puertas a lo peor de nuestra historia republicana: el Castrismo, aunque puntualizo que dicho golpe no fue la causa del Castrismo; fue sólo el motivo.

En el golpe ¨manu militari ¨ del 10 de marzo de 1952 hubo tres víctimas mortales, todos militares, dos de una de las partes contendiente y uno de la parte adversaria. No hubo otra víctima mortal hasta el 13 de febrero de 1953 en que muere el estudiante de Arquitectura e Ingenieria Eléctrica Rubén Batista Rubio, el cual había sido herido el 15 de enero durante una manifestación.

Hasta el ataque al Cuartel Moncada, no hubo más muertos. Encarcelados los moncadistas, en el país no hubo más víctimas mortales por parte del régimen batistiano y hasta hubo un clima favorable que hizo posible que por el Día de las Madres del año 1955, se diera una Amnistía General a todos los presos políticos, algo que la tiranía Castrista NUNCA ha hecho.

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