Había un
terrible incendio en un edificio.
Como este era en los primeros pisos, la gente que estaba
en pisos superiores fue subiendo, en medio de la desesperación,
a la terraza.
En medio del estupor general aparece un gallego en la vereda
y comienza a gritar: "arrojaos, arrojaos que yo os atajo"
Todos pensaron que estaba loco, pero perdido por perdido uno
se arrojó.
El gallego lo atajó con gran destreza y este salió caminando
como si nada.
Después comenzaron a arrojarse los demás de a uno, viendo que
el sistema funcionaba.
Luego de unos cuantos blancos, se arroja un negro.
El gallego se queda mirando y el negro se estrella contra el
piso.
Al rato el gallego les grita:
¡No perdáis tiempo con los quemados! COÑOOO .....
Llega el borracho a su casa, entra a su
habitación, y al ver a su mujer sobre la cama, con un supersexy baby doll, se
acerca y le dice:
- ¡¡BUUUUUUUU!!
Ella despierta asustada...
- ¡¡BUUUUUUUU!!
Ella despierta asustada...
- ¡¡AAAAAAAY...!! ¿Qué te pasa? ¿Por qué me asustas?
- Mamita... ¡hip...! es que con esta borrachera... ¡hip...! lo único que te puedo meter es... un susto.
20 de NOVIEMBRE
Están dos mexicanos tomando y uno le dice al otro:
- ¡Que viva la menstruación!
Compadre, querrá decir: "¡Que viva la Revolución!"
- Es lo mismo, compadre, lo importante es que corra sangre...
Un alemán, un francés y un gallego se
encontraban discutiendo acerca de sus esposas.
El alemán dice:
- Mi esposa sí que es tonta, resulta que se compró un Mercedes... ¡y ni siquiera sabe manejar!
El francés dice:
- Eso no es nada, la mía acaba de comprar un Renoir y un libro de arte... ¡y ni siquiera sabe leer!
El gallego dice:
- La más tonta de todas es la mía, pues resulta que acaba de irse unos días de vacaciones, y antes de que se fuera le registré su bolso, y le encontré como 50 condones... ¡y ella ni siquiera tiene pene!
Para reir a carcajadas
Una pareja de esposos discutía, y el marido
dice:
-¡Es que tu mamá tiene la culpa de todo!
La esposa responde:
-Sí, ya sé que tú no quieres a mi mamá.
-¿Quién dice que no quiero a tu madre, si yo la quiero igual que a la cerveza?
La esposa, conocedora de la pasión de su cónyuge por la cerveza, le dice con tono de interrogación:
-¿Tú quieres a mi mamá igual que a la cerveza?
-Sí, quiero a tu madre como a la cerveza... porque la quiero fría,
con la boca abierta y echando espuma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Eres libre de expresar en los comentarios lo que quieras.