Por: Lilibeth Bermúdez
Una inmensa cúpula de cobre y oro y otras de menor tamaño, todas en forma de bulbos, adornan desde hace un tiempo la tradicional fisonomía de la Avenida del Puerto, en La Habana. Se trata de la Sacra Catedral Ortodoxa Rusa Nuestra Señora de Kazán.
La historia de esta edificación de influencia bizantina comenzó en 2004 con la colocación de la piedra fundacional. Años después, el 13 de febrero de 2006 se iniciaron los trabajos de la obra, con la participación de un equipo multidisciplinario de proyectistas, inversionistas, arquitectos, ingenieros y obreros de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y de otras entidades del país.
Hoy nace este templo como una sólida y esbelta construcción y con su apertura llegan nuevos aires de paz y confraternidad al Centro Histórico, donde convergen diferentes culturas y religiones.
Líneas curvas caracterizan a esta edificación, según proyecto del Alexei Voronsov, que despunta como un genuino exponente de la arquitectura tradicional rusa. Más de dos millones y medio de ladrillos, además de materiales contemporáneos y otros tradicionales como el hormigón permitieron la ejecución de las bóvedas y tambores del inmueble, compuesto por iglesia, campanario y diócesis.
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