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Ir a casa de Néstor es de esos actos al que te atraen el vicio de una buena conversación. Esta vez, el centro de la plática es la ida del Pucho, quien se “lanzó” de aquí –Cuba- hacia Guyana y de allí a Brasil, en el mes de noviembre.
Iba a atravesar la selva cuando el Teacher -quien lo acompañó en un taxi- lo vio por última vez yendo con un coyote y dos holguineros (Holguín, provincia oriental cubana), a los que encontró casualmente, como solo la atracción sabe juntar las cosas.
Al Teacher -vecino de Ernesto-, le dicen el apodo de su más beneficioso oficio, pues es profesor de Inglés y estaba de viaje en Guyana, de donde regresó haciendo el cuento del Pucho. Unos dicen que de vez en cuando el Teacher se da un viajecito visitando a un familiar, otros que realizando compras de mercancías de fácil venta, desde donde puede, hacia Cuba.
Todos los conocidos en el barrio se mantuvieron en vilo esperando el aviso del Pucho, quien ya se sabe está en Brasil y esperando autorizo de trabajo, lo cual alienta a unos cuantos por aquí, pues se temía por su vida, por las noticias de cubanos muertos asociadas a las denominaciones “selva” y “coyote”.
Según Néstor, el padre de Pucho, por cumplirle los deseos al hijo de un futuro mejor y, tal vez, como una deuda consigo mismo, pues siente que ya no puede viajar él.
El señor vendió el carro, un automóvil que poseía de los tiempos socialistas, y con parte de ese dinero, que iba siendo el justo para llegar, el Pucho inició su aventura.
A eso se agrega, que según se rumora en el barrio, esta ruta –el Caribe y después un tercer país- la habían iniciado dos jóvenes con anterioridad– agregaba una muchacha que se hallaba presente. Entonces es cuando el Pucho hizo sus investigaciones con la madre del que se fue para Trinidad y Tobago, con el fin de documentarse de cu�
Entre quienes pretenden abandonar la Isla, destacan aquellos que poseen un patrimonio que les garantice el dinero para el viaje y la primera estancia, porque según se cree, parte de los anuncios de casas en venta de precios más elevados, son parte del síntoma de quienes venden con la intención de migrar fuera del país.
“…es el jugarse el todo por el todo, pero si las cosas allá salen mal ¿hacia dónde regresan?”, comenta y se cuestiona Néstor, quien posee un espacio habitacional de “llega y pon en Alamar”, que es ilegal, pero que aún vale dinero. Es decir, que él pudiera realizar su venta a aquellos no citadinos inmigrantes en La Habana o a cualquier “loco” que le interese.
Ahora, es a Néstor a quien se le ha reactivado el sueño de irse, que actualmente se le visualiza como algo realizable, máxime cuando varios amigos hicieron la ruta de escape de la nación cubana lo mismo hacia el Caribe que hacia Centro América, usando los acuerdos de viajes que tiene el país con algunos países cercanos.
No es esa siempre, una ruta para llegar a los Estados Unidos, los cubanos han ido sabiendo de lugares de mejor vivir en Latinoamérica, comparado con Cuba, y hacia allá enrumban sus vidas, en busca de empleo y una vida donde el salario se les corresponda con la canasta básica para sobrevivir y que es, en principio, lo que ellos necesitan.
Puede que muchos logren sacar a sus familias como primero se plantean; algunos quizás recorran varios países antes de asentarse en uno definitivamente; otros llegarán indefectiblemente a Estados Unidos, pero todos tienen en común el convencimiento de que aquí no tienen la posibilidad de probar sus capacidades en pos de lograr un mejor futuro o una vida con la solidez que da, lograr cada escaño y plantearse llegar al siguiente y poder lograrlo.
Publicado en:http://www.havanatimes.org/sp/?p=120448
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