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Un verano sin dominó no es verano en #Cuba



El Dominó tal vez nunca será elegido por los "cubanólogos" para figurar junto a símbolos tan expresivos como la ceiba y la palma, el ron y el son, la caña de azúcar y el tocororo, pero especialistas y profanos en asuntos redomadamente criollos deben estar convencidos de que el dominó es, en primer lugar, el juego de mesa preferido por el pueblo que habita entre el cabo de San Antonio y la península de Maisí.

Aunque se juegue en decenas de países y en muchos de ellos sea bien popular, es muy fácil distinguir a los cubanos que juegan dominó, a pesar de que se encuentren entre jugadores de cien nacionalidades, porque al dominó se le han impregnado, en la Isla, rasgos esenciales de la idiosincrasia nuestra como la fraseología y la gesticulación, el tono de hablar y el refraneo, las actitudes vitales, el regusto por lo efímero y la pasión por el perenne recomenzar.


Ya se sabe: cada nueva data, es otra oportunidad, si logramos combinar esfuerzos con "el frente", para levantar a los contrarios, y continuar nosotros jugando toda la noche, hasta que los ojos, incluso cerrados, no vean otra cosa que una danza implacable de dobles nueves.


¿Crees que con esta Data tiene alguna posibilidades de ganar?

¿Cual soltarías primero si tuvieras oportunidad?