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Humor: Cuestiones de Matrimonios.

Una mujer va entrando a un motel con su amante, y en eso, ve saliendo
a su esposo con otra, y ella sin titubear le grita:
- ¡Ajaaaaa, grandísimo cabrón! ¡Te agarré, hijo de la gran gran puta
    ¡Gracias a Dios que traje un testigo!
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El marido entra a la cama y le susurra suave y apasionadamente al oído a la mujer:
- Estoy sin calzoncillos.
Y la mujer le contesta:
- Déjame dormir cabrón, mañana te lavo unos.
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Un marido llega supercontento a la casa:
- Luisa... ¿Sabes que andamos en Olimpiadas, no?
- Sí... ya me tienen hasta el moño tus horas frente al televisor viendo cuanto deporte te parece... Sí.
- Pues eso ha terminado, porque pasé por la farmacia y he comprado una tirita de condones de una nueva línea... ¡Son Condones Olímpicos!
- ¡Y dale! ¿Por qué son olímpicos, Manolo?
- Porque los venden de Oro, de Plata o de Bronce...
- ¿Y tú de cuál has comprado?
- ¡Claro que los de oro, Luisa!
- ¿Y por qué no los compraste de plata? ¡A ver si alguna vez terminas de segundo!
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Después de 20 años de casados, una pareja estaba acostada en la cama una noche cuando la esposa sintió a su marido acariciarle de una manera que no lo había hecho en bastante tiempo.
Sus caricias eran muy sensuales, empezando por la nuca hasta llegar a su espalda.
Después acarició sus hombros, bajando lentamente hacia sus senos y parando justo después de su ombligo.
Luego puso su mano en el interior de su brazo izquierdo, acariciando el lado de su seno, bajando por su costado, sobre la nalga, hasta llegar a la pantorrilla. Siguió hacia arriba por el interior de su pierna parándose en la ingle.
Repitió las mismas caricias en el lado derecho y de repente paró, se dió vuelta y se puso a ver televisión.
La esposa, que estaba muy excitada, le dijo, con una voz muy dulce:
- Lo que estabas haciendo estaba maravilloso... ¿por qué paraste?
Y él respondió:
- ¡Ya encontré el control remoto de la tele!

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