Hace tiempo me llama la atención la diferencia entre el cubano que vive aquí desde que nació sin salir a otro lugar que no sea el trabajo y la escuela de sus hijos y el que vive fuera de Cuba
Ese que vive aquí es derrotista, amargado, solo habla de enfermedades y hospitales, además siempre ve el lado malo de las situaciones y nunca lo bueno, que aunque lo tenga rebusca y encuentra algo negativo y te lo restriega como una conquista, además de gustarle discutirlo todo y llevar siempre la contraria en cualquier tema.
Es hipocondriaco y siempre se está quejando y criticándolo todo sin ver las cosas buenas que tiene la vida. (Esto sin generalizar)
Sin embargo, el que viene es toda luz, alegre, positivo, lleno de optimismo, despejado, y con deseos de ayudar, complacer y darle alegría a los seres queridos que dejaron en Cuba.
Por Nike
¿Qué piensan ustedes?