Las telenovelas perdidas del castrismo

LA HABANA, Cuba.- Estoy más que segura de que las próximas telenovelas van a superar en calidad, dramatismo e interés a las extranjeras. No tendremos ninguna necesidad de importar las magníficas producciones de O Globo.

Los cubanos de la isla ya las esperan con ansiedad. En nada se parecerán a las telenovelas cubanas de hoy hechas para la televisión, propiedad de Raúl Castro, con buenos actores, sí, pero con guiones bobalicones, que sólo ven aquellos cubanos de a pie que no pueden adquirir los ?paquetes? clandestinos.

En las próximas telenovelas cubanas los personajes principales serán Fidel y el propio Raúl.

Fidel con las historias de sus amores que pululan en la memoria del pueblo (aunque sin sus mejores detalles y carentes de nombres y apellidos): ?En ese sentido -dijo en el 2001-, me he reservado una libertad absoluta?.

¿Será Dalia protagonista? Su última mujer, quien a simple vista le rindió amor eterno en los funerales, pálida, vestida de negro y apoyada en manos de sus hijos, al frente de las feas y exageradas zancadas de los militares de Raúl.

Punto Cero, el inmenso reparto donde vivió rodeado de privilegios hasta sus días finales, en compañía de Dalia y cinco de sus últimos hijos, será el escenario de numerosos ?culebrones?, que serán vistos algún día por el pueblo, entre sorprendido y molesto. Demasiado tarde descubrirán las entrañas más ocultas del imperio castrista, en una Cuba miserable y con más de medio siglo de atraso. Sus más de diez hijos desconocidos, la fortuna de 900 millones que le endilgó la Revista Forbes, etc.

Se conocerán los secretos que se llevó a la tumba y se descorrerá el velo del misterio que comienza con el año de su nacimiento, hasta la causa de su muerte, que aún no se ha dicho.


Me pongo a buscar por aquí y por allá en mi viejo archivo periodístico y deduzco que las telenovelas más vistas serán aquellas donde se utilicen los vídeos de Raúl, con seis horas de duración, los que seguramente se guardan en bóvedas bien controladas y que si llegaron a las calles de La Habana, en ocasiones y de manera furtiva, se han perdido, capturados por la inteligencia cubana.

Entonces podremos conocer al fin cómo el General de Ejército fue, en realidad, a partir de 1991, el principal presentador de vídeos acusatorios contra políticos ?desleales? a Fidel, como Carlos Aldana, Roberto Robaina, Carlos Lage, Felipe Pérez Roque y muchos otros, historias que el cubano de a pie sólo conoció a través de escuetas notas publicadas en Granma.

De aquellos vídeos, hay uno del 7 de mayo de 2002 que quedó en el recuerdo de esta escritora, con las palabras de Raúl cuando le dijo a Roberto Robaina: ?Qué carajo has estado hablando con ese hombre -se refiere a Abel Matutes, de España-. No voy a permitir que gente como tu jodan esta Revolución tres meses después de que desaparezcamos los más viejos?.

O ese otro de 1996, sobre el caso del Centro de Estudios de las Américas -CEA-, donde los académicos fueron acusados como reformistas por Raúl, cuando sugirieron cambios necesarios para Cuba, cambios que el propio Raúl, al cabo de quince años, puso en práctica.

A las telenovelas cubanas próximas no le faltarán emocionantes  historias sobre hechos de corrupción, purgas, espionaje, descabezamientos de líderes políticos a bordo de un extinto consejo de estado y sobre todo, la verdad del oscuro caso de Arnaldo Ochoa, donde quedaron tantas preguntas en el aire.

Sólo entonces se descubrirá cada una de las mentiras de la Revolución. Podrá disfrutarse el show en la pequeña pantalla y, también, por qué no, a través de muchos de sus protagonistas.


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