Por Elio Delgado Legón
HAVANA TIMES ? En el mes de julio del pasado año publiqué en Havana Times un comentario titulado Mis nostalgias de Santa Clara, en el que mencionaba el viejo caserón donde radicaba la escuela de comercio y al vivac, donde estuve preso más de una vez por mis actividades revolucionarias.
Hace pocos días estuve nuevamente en esa ciudad y quise visitar esos dos lugares, a donde no había vuelto después de aquellos años difíciles de estudiante- trabajador en que a veces no podía asistir a clases más de un par de veces a la semana, porque lo que ganaba no me alcanzaba para pagar el pasaje los cinco días de la semana.
Por supuesto que el viejo caserón de madera, de principios del siglo XX, o tal vez de finales del XIX, ya no existe, pero allí está el espacio enorme que ocupaba cuando comencé a estudiar Contabilidad. Una vecina que vive enfrente me informó que allí hubo un almacén, antes de construirse lo que existe ahora: una taberna donde se puede comer y beber buena comida y buenos vinos y que tiene por nombre taberna Punta Brava. El resto del espacio es el patio de la taberna, donde acumulan leña para alimentar el horno.
Muy cerca de allí se encuentra el parque El Carmen, a donde acudíamos los estudiantes cuando faltaba algún profesor, para conversar y pasar el tiempo hasta la próxima clase. Todo está remozado y pintado, al igual que la iglesia de igual nombre, que ocupa parte de la manzana del parque.
La escuela secundaria básica urbana Roberto Rodríguez ?El Vaquerito? se levanta hoy donde estuvo una estación de la policía de Batista, en la que fueron torturados y asesinados varios revolucionarios.
Frente a ese parque quedaba la estación de policía con las celdas del vivac, donde estuve preso más de una vez. Recuerdo que en una ocasión, el general Cornelio Rojas, jefe de la policía en la provincia de Las Villas, se acercó a la reja donde estábamos un grupo de jóvenes presos, y nos preguntó si éramos comunistas. Nos dijo que él en su juventud también había sido comunista, pero que luego se dio cuenta de su error y abandonó esa ideología, y dijo varias cosas del comunismo, que no recuerdo.
De allí nos mandaron para la cárcel a esperar el juicio en el tribunal de urgencia. Por suerte, no fuimos sometidos a interrogatorios como otros, que fueron torturados y asesinados.
Durante la toma de esa estación de policía, en diciembre de 1958, resultó muerto Roberto Rodríguez, ?El Vaquerito? combatiente de la columna 8 Ciro Redondo, al mando del Che Guevara, que en esos días combatía por la toma de Santa Clara.
Hoy, la antigua estación de policía ya no es un centro de encierro ni de tortura, pues ha sido convertida en una escuela secundaria básica urbana, con el nombre de ese mártir. Allí estudian cientos de adolescentes, que ya no tendrán que temer a la amenaza policial, ni a ser encerrados ni torturados, porque hoy la policía es la garantía de la seguridad ciudadana, no su represora como era cuando yo conocí ese lugar. Ahora no se escuchan los gritos de los torturados, sino la algarabía de los adolescentes que estudian felices para enfrentar el futuro mejor preparados.
Publicado en:http://www.havanatimes.org/sp/?p=121877
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