Una ciudad detenida en el tiempo, así es como ven los turistas a La Habana, capital de Cuba y un atractivo turístico de quienes la visitan buscando algo diferente.
Sus edificios, no muy altos y con evidentes signos de abandono, cautivan a los extranjeros invitándolos a quedarse un poco más para disfrutar de la majestuosidad de la Cuba antañona.
Las calles colmadas de autos de la década de los 50, evidencia lo que ha hecho más de cinco décadas de dictadura comunista, donde todo escasea y lo que no se consigue, está vigilado por el Estado.
Pero hay una parte de La Habana que no todos pueden ver. La parte oscura, donde la necesidad impera y el abandono es notable.
Edificios se caen a pedazos. Casas que albergaron generaciones de familias hoy tienen que ser evacuadas antes que se conviertan en su tumba, el régimen ha gastado tanto en lo que quiere que los turistas vean, que se olvidaron de lo que los cubanos ven a diario.
Los mendicidad casi no se observa en sus calles, y no porque no exista, sino porque hasta ellos son reprimidos por los oficiales que le sirven a la dictadura.
Raúl Castro se abrió al comercio privado, pero controlando todo.
La Habana, la ciudad detenida en el tiempo, es también la capital de la escasez, la prostitución, el tráfico de drogas y la represión.
Una ciudad desbastada no por el tiempo, sino por la indolencia de una dictadura que sólo se preocupa por extender su dinastía a lo largo de los años.
Una ciudad vieja, pero llena de esperanzas.
Publicado en:https://cubanosporelmundo.com/blog/2017/01/25/hermosa-habana-vieja-desgastada/
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