LA HABANA, Cuba.- Ya no se habla mucho de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZED). No obstante, el proyecto no se ha paralizado, continúa creciendo, aunque no al mismo ritmo que al inicio.
El flujo de dinero desde Brasil se detuvo por el escándalo del que todos conocemos, pero eso fue solo una pequeña crisis. Están ahí Rusia, China, Holanda, Francia, España y otros más apostando por una inversión sin dudas sólida.
Los chinos han actuado rápido no porque no lo hayan pensado bien, todo lo contrario. Si han decidido poner su dinero en el juego es porque tienen muy buenas razones. El plazo de los créditos es bien generoso, casi mejor que el de los rusos y, se comenta, que hasta le han ganado a estos en la puja por una licencia para construir el primer tren de alta velocidad que enlace al megapuerto con el centro de la capital.
El ‘tren bala’ vendría a resolver uno de los grandes obstáculos para que un buen número de empresarios se instale en el lugar al reducir la distancia entre el centro del poder político y el pilar económico más importante de la isla para los próximos cien años.
También se dice que serviría para ampliar la capacidad de captación de fuerza de trabajo y dejar de restringirla solo a los pobladores de las cercanías, una dificultad que ha sido señalada en ocasiones por los técnicos extranjeros encargados de capacitar a los trabajadores cubanos.
No se sabe aún cuánto será el costo de toda la inversión pero se calcula que pudiera superar los más de cien millones de dólares, con lo cual se incrementan las dudas sobre la explotación futura de un medio de transporte cuyo uso no podrá ser subvencionado por el gobierno, tal como hace actualmente con algunas formas de transporte público.
¿Cuánto se cobrará por los primeros pasajes entre el Mariel y el centro de la capital? ¿De qué grupo social provendrán sus pasajeros?
Se sabe que los terrenos aledaños a la ZED han multiplicado su valor en más de veinte veces lo que valían en los años 90 y a principios del milenio.
En los poblados aledaños se han disparado las ventas de casas a extranjeros y a cubanos privilegiados que esperan beneficiarse de la explotación de la nueva joya de la economía socialista. Ya determinadas zonas comienzan a ser ?congeladas? por la Dirección de Planificación Física.
Los proyectos inmobiliarios crecerán exponencialmente en los próximos veinte años y ya se planea una decena de hoteles de altos estándares y otras instalaciones recreativas y de negocios que obligarán a que muchas empresas desplacen su cedes actualmente en Miramar o el Vedado hacia mucho más al oeste, de modo que las abismales diferencias sociales entre empresarios, extranjeros y cubanos ricos y pobres volverán a dibujar el mapa nacional después de medio siglo de igualitarismo. Viva el capital, no la capital.
No importa si durante el gobierno comunista o si después de su debacle, pero el Mariel es una estrategia económica bien pensada y que definirá el flujo de comercio en el área y hasta las relaciones políticas con Estados Unidos, esté o no esté Trump en la Casa Blanca. El dinero es quien decidirá al final.
Publicado en:https://www.cubanet.org/mas-noticias/el-primer-tren-bala-en-cuba/
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