En muchos lugares del mundo y como debe ser lógico y natural los niños se dedican a estudiar, jugar y crecer en un ambiente que les permita, al menos unas condiciones mínimas para subsistir, además de ser un derecho de la infancia, es una condición esencial para la construcción de un mundo más justo y sostenible, pero en Cuba, este fenómeno que ocurre ante la mirada pública, parece no interesarle al régimen castrocomunista.
Cada vez más se ven deambulando niños, niñas y adolescentes que suben y bajan las antiquísimas calles habaneras, ya sea llevando pesadas cargas o haciendo cualquier otro tipo de trabajo que les permita colaborar con el sostén de la familia. En muchas oportunidades, son tareas pesadas que demandan altas dosis de fuerza y energía de niños y adolescentes que deberían estar dedicados a otras actividades que les garantizara el pleno desarrollo integral, pero en Cuba, como en otras partes del mundo, existe la explotación del trabajo infantil, sin que nadie de cuente de una solución inmediata como lo requiere la gravedad del caso.
Lo que más llama la atención, es que este fenómeno, ocurre ante la mirada indiferente de los transeúntes y lo que es peor aun, de las autoridades castristas, quienes habitualmente son muy severos a la hora de criticar las injusticias presentes en otros países del mundo, sin antes revisar las verdaderas y penosas condiciones por las que atraviesa un sector de la población infantil cubana.
De hecho, los organismos internacionales, hacen poca referencia de este fenómeno, que no deja de ser una realidad palpable en la depauperada isla caribeña. Sin embargo, el secretismo estatal ya no puede ocultar casi nada, actualmente, el avance de las tecnologías de la información y la comunicación se constituyen en la principal vía para conocer sin tapujos la cruda realidad que afecta a los pequeños pobladores de la cercada isla castrocomunista.
Sobre el incremento de la explotación infantil en la mayor de Las Antillas, no hay hay informes, no hay datos, no hay cifras que permitan establecer planes a escala nacional para combatir lo que oficialmente no se quiere ver ni aceptar. Mientras, los niños, niñas y adolescentes cubanos aran parcelas arrendadas por sus padres, lavan platos en restaurantes, se meten en manglares para recoger ostiones, ponen ladrillos o tablas o yaguas…o como el niño que se evidencia en este video, que martilla sin cesar el pavimento, bajo el inclemente sol de la tierra que lo vio nacer.
Publicado en:https://cubanosporelmundo.com/blog/2017/04/16/privados-infancia-ninos-trabajan-cuba-indiferencia-regimen-video/
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