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Educación artística en Cuba: otra cara de la moneda
Hace unos días atrás viajaba en un ómnibus mientras escuché a dos maestros de experiencia que comentaban: ya nada es igual que antes en las academias. Se ha perdido el respeto hacia los docentes por parte del alumnado. Los buenos profesores ya no están en la escuela.
Durante muchos años el profesorado de esas instituciones ofreció a sus pupilos una preparación de excelencia. Hoy los grandes maestros que formaron a reconocidos músicos cubanos se han jubilado y, en muchos casos, integran el actual claustro de profesores jóvenes inexpertos, recién graduados o que incluso se encuentran realizando su Servicio Social.
Todavía quedan algunos buenos profesores en las escuelas de música, pero son los mínimos. Ahí está precisamente uno de los retos de la Enseñanza Artística hoy en la Isla: ¿cómo mantener un adecuado nivel de preparación dentro del profesorado que enseña las distintas especialidades?
En la escuela se les imparte clases a los educandos a un ritmo casi similar al de los estudios superiores de música. Ningún maestro se detiene a aclararles las dudas a niños, que, por primera vez, se enfrentan a difíciles materias como piano complementario, solfeo y el instrumento seleccionado por el alumno. Si el pupilo no entendió el contenido, ese es su problema y, por supuesto, el de sus padres.
Se supone que si un niño estudia en una escuela de música tiene maestros particulares que lo prepararon para entrar allí y esa preparación se mantendrá hasta que llegue a la universidad, porque las clases en la Academia, en algunos casos, son tan malas que no podrá graduarse de ella sin tener ayuda exterior.
¿Y quiénes son los maestros y maestras particulares que ayudan a esos pequeños? Por supuesto que los profesores jubilados que ejercen ese trabajo por cuenta propia, sin pagar impuestos, claro está. Una hora de clase particular hoy cuesta de 2 a 3 cuc (50 y 75 pesos moneda nacional). Al menos, los niños reciben buenas clases y quizás serán buenos músicos, pero, a ¿qué costo y sacrificio del bolsillo materno y paterno?
Entonces, me pregunto, si ya existen algunas academias de música particulares ¿por qué no validarlas como unidades docentes y que su título sea reconocido? Conozco a un muchacho que no pudo entrar al sistema de Enseñanza Artística, se ha formado durante años con profesores particulares y hoy trabaja como profesional en una orquesta. ¿Cuál es la diferencia de él con otros? Pues solo que no tiene un título reconocido, porque, en cuestión de saberes musicales, es igual a cualquier muchacho que hoy estudia en una escuela estatal.
Por otra parte, existe una gran violencia extra verbal en esas instituciones escolares. Los padres más poderosos llegan en sus flamantes carros donde sus hijos cargan con prepotencia sus maletas, tables y celulares de última generación.
No importa si les pasan por el lado a los hijos de Dios, sus colegas de clase, que se trasladan hacia la escuela en ómnibus nacionales donde no cabe un alma más.
Los maestros solo hablan y se muestran serviles con esos padres poderosos y sus hijos. A los demás ni los miran. Los padres empoderados ya sea por su económico o porque son trabajadores de la escuela, exigen que todo el mundo entregue diez cuc o 250 pesos anuales para las fiestas escolares. Además, cada progenitor debe contribuir a esas actividades con refrescos, dulces y otras golosinas.
Si un progenitor les explica que su salario no le alcanza para pagar maestros particulares, hacerles regalos a 14 docentes y entregar 25 pesos moneda nacional todos los meses para las fiestas de la escuela, tanto él como su hijo serán objeto de burla, recibirán el repudio colectivo o el desprecio de profesores y maestros.
Así es el día en una escuela de arte cubana. Una realidad muy dura para los padres con bajo poder adquisitivo y para los niños que sueñan con ser músicos en un futuro.
El sistema de Enseñanza Artística nacional sigue siendo un referente. Nadie lo pone en duda, pero me preocupa sobremanera cómo, poco a poco, se está perdiendo el legado y los valores de quienes lo fundaron.