"Los ladrones vienen dispuestos a todo; esta vez quedé con vida de milagro", cuenta José Antonio Caballero Rodríguez, de 62 años, custodio del centro de limpieza de caña en Algodones 3, San German, Holguín, quien se recupera del miedo que pasó durante un atraco.
"Fue a las 11:40 p.m. y pensé que eran muchachos del barrio La Cuba, pero me tiraron una piedra para que saliera de la garita y, al hacerlo, un encapuchado me dijo 'si te mueves, eres hombre muerto'. Entonces me encerró y me recalcó: 'no intentes hacer nada porque te mato', mientras me amenazaba con un palo. Además de él, había dos más", añade.
"La policía suele llegar tarde casi siempre que roban", lamenta Caballero Rodríguez. "Ni siquiera pude hacer el intento de salir corriendo y por eso observé cómo sacaban dos neveras y un refrigerador del quiosco de comercio que está a una distancia de 10 metros. No sentí ningún ruido de carros, parece que andaban en un carretón. Los dos que robaban le preguntaron al encapuchado qué hacer conmigo y este les contestó que no se preocuparan, que todo estaba bajo control. Intentaron también llevarse un tractor que había parqueado, pero no pudieron".
El atraco culminó sobre las 1:48 a.m., asegura el custodio. Luego de retirarse los perpetradores, agrega, logró salir y se encaminó hacia una cooperativa cercana, desde donde llamó a un puesto de mando de la ciudad de Holguín para que avisaran a la Policía de San Germán.
Los peritos y la Policía, llegaron pasadas las 10 a.m., ocho horas después del robo, apunta una testigo que trabaja en la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC).
"Y no trajeron el perro. Interrogaron al custodio y a varias personas, se fueron y no han vuelto más. En otras ocasiones han robado y nunca han capturado a nadie, y no me extrañaría que esta vez suceda lo mismo. En realidad, no sé cómo no mataron al custodio, quien no tenía siquiera un machete", advierte.
"Yo estoy cubriendo un franco de una compañera y solo hago guardia de día porque a mí, si no me dan un arma, de noche nadie me ve el pelo", dice Arisbel Mercado Batista, alias el negro, trabajador del centro desde hace 12 años. "Si los peritos y la Policía vinieran cuando se les avisa, quizás cogieran a los ladrones", opina.
Mercado Batista señala que, "además de las neveras y el refrigerador, los ladrones se llevaron botellas de refresco, latas de mermelada y 20 metros de banda de goma", que usa el centro de limpieza de caña para su funcionamiento. "Según los peritos, no existían huellas en el cuarto donde estaba guardada, por lo que pudo haberse perdido antes", añade.
Caballero Rodríguez afirma que los custodio de este lugar aislado han pedido a las autoridades que les otorguen la categoría de CVP, que mejora la seguridad y el salario.
"En varias ocasiones le he dicho a los jefes que nosotros deberíamos ser CVP para que puedan darnos armas y también porque el salario es muy bajito. En tiempo muerto solo cobro 150 pesos (seis dólares) y en tiempo zafra cobramos más, pero no pasa de 500 pesos (20 dólares)", detalló.
"Que hagan una investigación (?) Mi esposa aún está muy nerviosa por lo que pudo haberme pasado", reclama.
Caballero Rodríguez confiesa que después del robo lleva siempre un machete a su turno de trabajo y anda "con los pelos de punta".
Los medios de información estatales no publican estadísticas de robos, asaltos y muertes por casos similares al de Caballero Rodríguez, pero casi todas las semanas hay algún robo en las bodegas de San Germán y, en la mayoría de los casos, los vándalos no son capturados.
Publicado en:http://www.diariodecuba.com/cuba/1496318501_31566.html
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